24 ene 2013

De la caducidad de los productos

Siete y media de la mañana. Tras ocho horas de sueño y una ducha, me dirigí hacia la nevera con ganas de hacerme un recio desayuno. La verdad es que la nevera de un soltero solo se manifiesta radiante al día siguiente de hacer la compra gorda mensual. Luego, como los árboles en otoño, van perdiendo su lustre poco a poco, de manera casi imperceptible hasta que, en días como hoy, parece una radiografía: medio limón, un huevo, unas verduras irreconocibles y un trozo seco de queso…
Abrí el armario de “urgencia”, donde guardo un poco de cada cosa para situaciones como ésta. ¡Bien! a la derecha leche, a la izquierda huevos y en el centro nada. Busqué un poco más, y a la izquierda de la izquierda, había un paquete de pan de molde. Un acto reflejo, me hizo pegarme un trago de la botella de leche de la derecha. ¡Qué horror, estaba podrida! Miré la fecha de caducidad y vi: que estaba envasada por Bárcenas S.L. -Productos Perfectos- en Suiza, hacía 22 millones de días. Me enjuagué la boca y, al ir a prepararme unos huevos -revueltos-de la izquierda, comprobé que, además de estar recogidos en la granja Cooperativa Rubalcaba -Proyectos Serios Oxidados Expectantes-, estaban todos hueros… Me tuve que conformar con unas rebanadas del pan de molde que estaba a la izquierda de los huevos de la izquierda y que solo le faltaba poco para caducar, fabricados por Industrias. Unidas.
Luego me fui al Café.net de Moncofa y me casqué un bocadillo de besugo con olivas rellenas y un cortadito de dos leches. Todo con productos caseros de otra prestigiosa marca.

16 ene 2013

Más vale pedir que robar

Hace unos días, ya en el inicio de el Turmalet de Enero, me acerqué a una oficina bancaria y le pedí a la señorita del mostrador trescientos mil euros. La señorita me preguntó si tenía cuenta en ésa entidad bancaria y le dije que no. La señorita entre sorprendida y medio asustada, me miró y vio que tenía las manos desnudas encima del mostrador y que no llevaba ningún tipo de arma, ni objeto amenazante. Y algo más tranquila, al comprobar que no era una atraco, me dijo que no. Que no me daba ni los trescientos mil, ni veinte céntimos. Le di las gracias y salí. La verdad es que si me llega a decir que sí, me arregla.
Una vez hecho este planteamiento totalmente absurdo, me pregunté ¿qué hubiera pasado si me los llega a dar? ¿de quién sería la culpa: mía por pedirlos con una cara de cemento armado, o de la señorita del banco?
Ayer cumplió cuarenta y cinco años Iñaki Urdangarin. Le han colgado más delitos que adornos a un árbol de Navidad, su socio, Torres, parece San Pablo con sus cartas a los Corintios, e-mails en éste caso, que va sembrando por diestro y siniestro, donde insinúa asuntos ciertamente delicados. Dice que tiene doscientos y hasta hoy solo han visto la luz doce. O sea que el culebrón está asegurado.
Pero como en el asunto de inicio ¿quién es el responsable, el que pide o el que da…? No olvidemos que los dineros, salieron de las arcas autonómicas de los Gobiernos de Baleares y de Valencia que, en éste ejemplo, son las señoritas del banco que le dieron lo que pidió sin más requisitos.
Y vuelvo a la pregunta ¿Quién es responsable? ¿Acaso los Gobiernos autonómicos de antes, no tienen nada que decir en éste asunto?

9 ene 2013

Juegos Reunidos Geyper

“Lo importante es la salud” o, “No hay mejor lotería que el trabajo honrado cada día”. Con éstas frases y refranes hemos ido tirando casi toda la vida, pero entre el post zapaterismo y el neo rajoyismo, donde la Sanidad Pública está saltando por los aires como un recortable ante una ventana abierta, hay cerca de seis millones -6-, que no tienen trabajo "honrado cada día", aunque algunos se están planteando pasarse al otro tipo de “trabajo” para llevar comida a casa, el personal se ha tirado a la lotería, con perdón, como los náufragos de La Medusa a un tablón. Y como decía el castizo, éramos pocos y ayer tuvo un niño la mamá de mi papá…
Tras la media noche, en todas las televisiones privadas, y en sus segundos o terceros canales, si no hay videntes, brujas/os, sanadores/as, echadoras/es de cartas, adivinadores/as, sanadoras/es, sensoriales/as, nigromantes, hay apuestas en póker, bingo, y ruletas varias, donde, y lo sé de primera mano, han surgidos cientos de nuevos casos de ludopatías. No hay que salir para que te dejen tieso en los casinos, en los bingos o en el bar de la esquina a dar de comer a las tragaperras, no. Entran en tu casa, con premeditación, nocturnidad y alevosía.

Trapos, zapatos, libros... Viejos.

Hay muchas personas, entre las que me incluyo, que sin padecer el síndrome de Diógenes, somos propensas a guardar determinado tipo de cosas o a necesitar que sea otra persona quien se deshaga de ellas, porque somos incapaces de hacerlo nosotros.
En cada objeto, trasto o lo que sea, hay un pedacito, una historia de la vida de cada cual. Pero sólo lo saben los que tienen la suerte de haber vivido con ganas. Por eso, una persona distinta, puede hacerlos desaparecer sin dificultad.
También hay personas que no poseen éste tipo de percepción, lo que es mejor, y pueden hacer limpieza general, tirando las cosas sin ningún problema. Les envidio realmente.
Pero, a veces, cogiendo de una bolsa un trapo para limpiar los cristales, aparece in trozo de una camisa que actúa sobre uno como una máquina del tiempo y te vienen a la cabeza lugares, épocas y personas, con un sabor dulzón rancio...
Pero además de cierta nostalgia, ¡como dejan los cristales!

2 ene 2013

Todo pasa y todo queda

Pasó el temido 21-D y los Mayas, al parecer, acertaron de lleno. Empezó ese día el fin de un ciclo. Las personas levantamos el pie del acelerador de nuestras vidas, convergentes o divergentes, y miramos a nuestro alrededor. Vimos en qué estado está el planeta que heredamos. Estrujado como la ubre de una gran vaca, seca de tantos mamones sedientos de una leche que ya no podemos tragar ni digerir, pero que seguimos mamando entre arcadas y reflujos.

Pasó la Nochebuena, sin buey. Sin vaca. Sin pastores. Sin Reyes Magos de Oriente. Los reyes, están en Occidente y no se dedican, precisamente, a ofrendar presentes a nadie, y mucho menos a un niño pobre y sin papeles, como era Jesús.

Pasó la Navidad, envueltos en papeles de colores, terciopelos rojos y bolas de plástico colgadas de un árbol, también de plástico.

Pasó Nochevieja casi de puntillas y del mismo modo entró el Año Nuevo. Pero entró así, porque sabía que sabíamos que era una llegada envenenada. Tras las primeras horas del flamante y esperanzador año, dieron rienda suelta a los titulares secuestrados unos días, para explicarnos que no es que siga todo igual, es que la realidad supera a la ficción. Ha vuelto la vieja tijera, mellada y roma de tanto corte y recorte, pero recién salida del afilador.

Yo no tengo agallas para decírselo, pero ya lo habrán leído en este mismo periódico y si no, mejor para ustedes, pero ya saben que la ignorancia de la ley, no exime de su cumplimiento.

Que los Reyes Magos, vengan de donde vengan, sean mucho más generosos que el Gobierno, con sus ciudadanos pensionistas, funcionarios, estudiantes, amas de casa, inmigrantes...