22 ene 2014

K.O. técnico de Lomana a Rajoy

Mariano Rajoy, al menos desde mi particular punto de vista, no estuvo cómodo en la entrevista fresca y muy natural que Gloria Lomana, como directora de informativos de Antena 3, le hizo el lunes. Me sorprendió la frescura, la naturalidad y la cercanía que demostró, junto con buenas dosis de complicidad, con los espectadores. Qué diferencia cuando el presidente del Gobierno, sea del partido que sea, es entrevistado en La 1. Donde los funcionarios periodistas están más tensos y nerviosos que el entrevistado, con preguntas que parecen sacadas del Libro Gordo de Petete.

Lomana, le ganó a los puntos y le arrancó perlas estupendas como, al referirse a los SMS que cruzó con Bárcenas, Rajoy dijo: “No, ya hace tiempo que no me escribe…”. O cuando nos aclaró a todos que “el Rey”, como habíamos sospechado, es “una persona”. Creo que con respecto a la pregunta que Lomana le espetó sobre si estaría dispuesto “a pedir perdón” por la corrupción en el PP con muchos imputados y sentenciados en sus filas, Rajoy llegó a balbucear... No porque no supiera la respuesta, sino por el tono directo como un gancho a la mandíbula que le soltó su elegante y tranquila entrevistadora. Por lo demás, más de lo mismo y con evasivas propias de un buen gallego, del mismo Santiago de Compostela, y un político flojo haya donde los haya.

21 ene 2014

Señales premonitorias...

Hace algún tiempo que veo extraños paralelismos entre cosas o asuntos muy diferentes, incluso lejanos en el espacio pero relativamente cerca en el tiempo. Personas que están cerca de mí suelen decir que “son señales”. Luego nunca me dicen de qué son “las señales”, ni tan siquiera si son de buen augurio o del otro.  Simplemente son señales. Realmente no soy muy dado a lo del mal fario, el mal de ojo, ni de las supersticiones. Me parece curioso, eso sí, comprobar que personas de diferentes culturas y ámbitos geográficos frente a cosas cotidianas, como pasar por debajo de una escalera, romper un espejo, dejar el sombrero encima de la cama o el bolso en el suelo, reaccionen de la misma manera, como si hubieran visto a Belcebú. Una buena amiga hace unos meses, que yo estaba un poco espeso, me dijo que si cruza un gato negro por delante de mí, es porque va a algún sitio... Y es cierto. Si el gato va andando es porque va a algún sitio, a no ser que sea un gato peripatético clásico.

Si hubiera sido un galo supersticioso como Asterix, el que paseaba por el Palau de Les Arts cuando se desprendió un pedazo de Trencadís, hubiera pensado que el cielo se le desplomaba sobre su cabeza y por Tutatis, no por Calatrava. A mí lo del Trencadís y lo del desprendimiento me llamó la atención y pensé: es una señal, o mejor dicho, la madre de todas las señales. El Trencadís se me antojó de repente como una cerámica mal acabada y quebradiza o como un edificio con aluminosis. Luego vi fotos y videos de trabajadores arrancándolo a golpe de maza y corta frío y con martillos neumáticos… Desolador. Alguien comento muy cerca de donde me encontraba para su interior con un hilillo de voz: -“Así nos arrancan todo a los valencianos. Hasta el corazón…”. Va a ser verdad lo de las señales, me dije. Luego borbotones de acontecimientos que se sucedían como cerezas sacadas de un cesto, mezcladas y enredadas. Una vorágine de despropósitos que yo empecé a atribuir a “la señal” del Trencadís. Aparte de los asuntos de cama de Hollande. De que a la UGT le hayan cerrado el grifo desde Bruselas. De que el PSC esté como nuestro Trencadís y que su diputado y alcalde de Lleida, haya dimitido (sic) y que Monago vuelve a ser para el PP, lo que Ibarra fue para el PSOE (Extremadura, tierra de conquistadores), Lo que me sorprende es la preocupación nacional de cómo va entrar la Infanta guapa, a los Juzgados de Palma de Mallorca: a pié, en coche, por el callejón de la vergüenza, por el garaje, en helicóptero, o a lomos de un brioso corcel montado por su hermano El Príncipe… No me lo puedo creer. ¿Qué más dará como llegue SAR? Lo trascendente e ignominioso es que está imputada y como tal tiene que comparecer. Que la justicia sea igual para todos no tiene nada que ver con los medios y modos con que nos presentemos ante Ella. El asunto es que SAR se sentará delante del Juez Castro y deberá responder a preguntas muy complicadas. Creo que coincidirán, algunos al menos, que no es lo mismo que un servidor entre en un juzgado que, no ya un miembro de La Familia Real, sino una simple persona del famoseo revisteril o un artista. Lo que realmente importa, y perdonen el juego de palabras, es que comparezca, que declare, qué es lo que declara y sobretodo, qué falla el Juez. Lo demás me recuerda al circo romano y a cortinas de humo que contaminan lo trascendente: cuál, cómo y cuándo, será el desenlace y las repercusiones que provocará.



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14 ene 2014

Hojas sin viento

Siempre hay cosas que tal vez, por un sentimiento arcaico de supervivencia y una paranoica huída inconsciente del Thánatos freudiano, las personas en determinadas circunstancias me recuerdan a las hojas otoñales que el viento mece y que como decía el maestro Pepe Rubianes “Dios los crea y el viento los arremolina”. Lo curioso es que hay hojas que se creen que son ellas las que manejan al viento que las sube, las baja, las arrastra, hasta que encuentran un obstáculo que les impide seguir siendo veleros del cielo. Y lo mejor es que los hombreshojaotoñal, se regodean de la altura, de la dirección y fuerza del viento que los empuja, como si fuera un acto de voluntad propia, No quieren reconocer, porque no pueden, que es el viento, sople del punto cardinal que sople, el que los hace volar, rápido, despacio, suave,… Que hay momentos en que, cuando deja de soplar, caen por sí mismos, pero que al tiempo, con un inicio casi musical los vuelve a elevar y a hacerlos volar de nuevo.

Los hombreshojaotoñal, siempre están buscando vientos, como los buitres ahítos de comida buscan un altozano para poder iniciar su vuelo. Suelen ser acomodaticios, de trato fácil y afable y con un inicio de agradecimiento y lealtad monolítica, al viento de turno. Más adelante nos hacen ver, porque se auto convencen, que son ellos los que con mucha mano izquierda, fijan los rumbos de su viento. Con el paso del tiempo resulta que son ellos los que dan valor al viento. Que el viento no sería nadie sin ellos y que por eso mismo no tendría sentido ser viento sin hojas que arrastrar.

Yo jamás he sido fiel porque me resulta imposible creer en algo que no puedo percibir de alguna manera. Pero lo que siempre he sido es leal, hasta los extremos más radicales. También es cierto que mi lealtad es tremendamente selectiva, cautelosa y rígida y que no se da prisa en ejercer, pero cuando se da, es como la española cuando besa…  Y esto de la lealtad es algo que no se puede comprar, ni aprehender -con h-. Es una especie de forma de ser que viene de fábrica y que aunque te sometan a situaciones complicadas y parezca que “puedas tirar de la manta”, los que te conocen bien, empezando por uno mismo, saben que eso es imposible.

Ahora estamos, entre cientos de juicios, imputaciones, descabalgamientos de jueces, fiscales que actúan de defensores, defensores que una vez fueron y que ahora se convierten en fiscales… un sin dios vaya. Pues en toda esta vorágine de cohechos, prevaricaciones, tráfico de influencias, va y resulta que soy amigo de Rafael Blasco Castany. Le conozco hace muchos años, en variopintas confrontaciones y en unas u otras trincheras, en varias batallas coincidimos codo con codo en la misma y en otras, en trincheras enfrentadas, pero soy su amigo. Estamos en lo del árbol caído, en lo del perro flaco y lo más fácil es empezar mirando para otro lado para después, entre la turba enfurecida, pedir la aplicación de la Ley de Linch. Pero soy su amigo. Y estoy convencido que una persona con su trayectoria política, no es por casualidad, que algo tendrá el agua cuando la bendicen, para que todos los Molts Honorables, todos, contaran con él, trabajando con todos con una intensidad y franca dedicación como muy poca gente sabe hacerlo, o está capacitada para ello..

La Justicia dirá la última palabra, mientras aparecen algunos de sus hombreshojaotoñal y lo van pregonando por los andurriales y atribuyéndole a él, lo que ellos mismos hicieron al amparo del viento que les empujaba. Y eso es lo que me revuelve las tripas. Se es o no se es. Porque ya lo decía aquél: “Roma no paga a traidores”. Y personas que han compartido el pan y la sal, en muchas ocasiones porque si no se las daba Rafa no podían ni comer, ahora son los guardianes de la honestidad, la verdad absoluta y la equidad… Y no me gustan. Lo que sí digo, porque si no reviento, es que todos tenemos amigos peculiares y yo el que más -creo-, pero a algunos les seré leal siempre. Y salga como salga Rafael Blasco Castany de su paso por los juzgados, yo seguiré siendo amigo de Rafa.


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