Entre naftalina y formol (Playa del Tarajal. Ceuta)

Si el minuto de silencio que se guardó en el Congreso de los Diputados por la muerte de 15 personas en la playa del Tarajal en Ceuta, lo hubiera guardado antes de responder el Director General de la Guardia Civil, otro gallo nos cantaría. A la espera de las cinco horas de los totales de los vídeos grabados por las treinta y siete cámaras de la valla fronteriza, las que hemos visto hasta ahora, no dejan duda de que se utilizaron medios antidisturbios. Se ve claramente como la disposición de la Guardia Civil, es la misma que cuando se preparan para una carga en desórdenes públicos. Y esa no fue nunca la actitud de la Benemérita en estos casos, ni la equipación que llevan en otras situaciones similares. La Guardia Civil no decide individualmente que tipo de uniforme se ponen, ni que equipación llevan, sino que responden a órdenes concretas de la superioridad. Del mismo modo que ellos no deciden a qué zonas acuden, ni cuál es procedimiento a emplear. La verdad es que el Director General del asunto, parece un tipo con camisa azul, sacado de un NO-DO de los años cincuenta. Es que ese firme ademán, ese olor a naftalina y formol que desprende, le inviste más de Jefe Provincial del Movimiento que de La Guardia civil del siglo XXI… Chulesco, brabucón, de mirada de pez, de “cogedme que lo mato” y de perdonavidas con un mal vino, en un salón de billares, o saliendo a las claras del día del Pasapoga o del Molino, y enfrentándose con el guardia que le recrimina sus voces con un: “no sabes con quien estás hablando, que tengo un carné que si lo saco te escondes debajo del coche…”. Pero ahí está el falangista valeroso, sosteniéndola y no enmendándola, con las banderas al viento yendo hacia las montañas nevadas, por rutas imperiales con recio ademán. Es un jodido retrato viviente de una España que fue y que jamás debía haber sido. Me recuerda a los Guerrilleros de Cristo Rey cuando campaban a sus anchas por las facultades llenas de rojazos, liándose a lo que dan los curas por la mañana, hasta con el Rector con total inmunidad. Da igual que el propio Ministro le desmienta, a él se la suda porque es un español con lo que hay que tener. ¡Qué vergüenza y que ganas de vomitarle en ese pelo planchado con “fijador” y brillantina!

Quince personas ahogadas en el mar ante otras que, lejos de socorrerlas, hacían todo lo contrario. Esa actuación, ni por obediencia debida, ni por excesivo celo en el cumplimiento del deber, ni puñetas. Se ha incumplido la más elemental de la Ley del Mar. Se han dinamitado los Derechos Humanos más primarios y elementales y hay que tenerlos cuadrados, para estar viendo como personas se están ahogando y estar sin mover un dedo (bueno menos el índice que les sirve para disparar) y  con las botas secas en la orilla.

Menos mal que dentro de todo el lío, incluido Granados que se ha apuntado al exclusivo club suizo del PP, a la Infanta no le van a quitar la Medalla de Oro de Barcelona y así podrá devolver algo del préstamo que le hizo papá. 

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Otra vez la burra al trigo...

El refrán ya lo dice: “Para gustos colores y para escoger las flores”. O sea que en el mundo que nos ha tocado vivir, las cosas salvo para los ortodoxos -por no utilizar otros adjetivos calificativos-, no son ni mejores ni peores, sino diferentes. Hasta un Santo dicen que decía lo de que “en el término medio está la virtud”. Del ébano al marfil, hay una amplísima gama de colores que se van multiplicando en función de las mezclas y la habilidad del mezclador. Nada ni nadie somos un billete de curso legal que gusta a todo el mundo. Me resulta muy difícil pensar en algo que sea pura e indefectiblemente bueno, como también a la inversa. Luego, todo hay que decirlo, están los idiotas. Este apartado de la idiotez es el que me trae un poco liado estos días y hace tiempo: ¿cómo es posible que haya personas tan listas e inteligentes que sean capaces de montar, orquestar y realizar una ingeniería fiscal y de empresas enorme, que sea casi al cien por cien indesmadejable, y se dedique a dejar todo tipo de huellas y rastros, en e-mails, SMS y WhatsApps propios de críos de quince años. Desde el Presidente del Gobierno y su cruce de mensajes con Bárcenas, hasta la Vicepresidenta del Gobierno Navarro, aleccionando a los funcionarios de su Agencia Tributaria sobre a quién no debían “achuchar”, pasando por el Duque empalmado, dejan unos rastros dignos de un profundo y exhaustivo análisis freudiano con “El chiste y su relación con el inconsciente”.

 Estos días con las imágenes tomadas en la hipervigilada Sala del Juzgado de Palma, haciendo casi mofa, befa y escarnio de juez Castro y su orden de total hermetismo, junto con la no sé si llamarla casualidad, de que uno de los propietarios de la plataforma donde se colgó el vídeo, es de un Cuquerella, familia de la asistente personal de Urdangarín, por un lado. Con los “equivocados” en la difícil tarea de apretar un botón de entre tres -Sí. No. Abs.-, encabezados por la simpar Villalobos, en el asunto de la aprobación de lo que más parece ser un túnel del tiempo regresivo, que un Proyecto de Ley. Con las declaraciones de la Conferencia Episcopal de la fulminante Excomunión a los actuantes de forma directa, indirecta o circunstancial de un aborto. Con las amenazas de querellas criminales contra todos los que discutan, contravengan o discrepen de la actuación de la Benemérita en la playa de Tarajal en Ceuta y sus maniobras disuasorias, y va y el primero que se las carga es el ministro del ramo en comparecencia voluntaria en sede parlamentaria, voy un poco agobiado.

Es que no creo que haya alguien capaz de asimilar eso desde un cierta lejanía de todos y cada uno de los casos. Que la Conferencia Episcopal diga lo de la Excomunión está en la línea de lo suyo, y el que sea creyente y feligrés que lo cumpla o se atenga a las consecuencias. Los que sean externos o incluso mediopensionistas, que obren según su conciencia y criterio en ese trance tan angustioso y terrible. No se puede mirar la paja en el ojo ajeno y no ver la viga en el propio…

Y puede haber cosa y situaciones que según desde qué perspectiva mires, pueden ser en mayor o menor medida opinables, pero que la tierra gira alrededor del sol y que los romanos hablaban latín, no es cuestionable, lo mires de dónde lo mires. Hasta ahora. Porque el escandalazo de frenar, ocultar, negar e intentar rectificar a la Academia Valenciana de la Lengua sobre la definición de la Lengua, que además de rizar el rizo del provincianismo analfabeto más arraigado en búnker barraqueta, ha sido meterse en un jardín laberíntico del que solo podrán salir, como Vercingetorix de la Galia Romana.

Pero lo que me ha reconciliado con el mundo, al menos el mío, es la petición de Xavier Trías solicitando una calle en Barcelona para Pepe Rubianes, actor galaico catalán, porque nació en Galicia aunque nunca vivió allí y catalán, porque aunque no nació en Catalunya, siempre vivió en ella. ¡Bien Trías, me has devuelto la fe en los políticos!

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Penélope

A veces, cada vez con más frecuencia, pienso que sí que existen mundos paralelos (un viejo profesor me decía que “paralelo” es igual que “parabobo”). En uno, hay personas que viven una realidad que les preocupa a la vez que les motiva, les hace pensar y buscar formas de solucionar cuanto antes la inaguantable situación que vive el país. Dentro de éste hay abanicos como en todo, que van desde una cierta moderación a la acción directa caiga quien caiga. En el otro personas que parece que vivan en la calle del Limbo s/n. Personas que no son ni mejor ni peor que las otras, pero que a veces se convierten en una carga muy pesada para que todo se mueva en una u otra dirección. Personas que se amoldan a todo lo que digan los demás y si son sus jefes o líderes, ni lo imaginan. Son un poco como los músicos del Titánic, pero sin enterarse que el barco se está hundiendo y que cuando notan el agua gélida del desastre, piensan que son los zapatos nuevos que le hacen sudar los pies…

No son ni buena, ni mala gente, incluso he llegado a pensar que ni son y casi que ni están. Son como el mix helado sobre el que se vierte el sirope del sabor que quieras y que dependiendo del que les ponga el mejunje, serán de un sabor u otro. Pero no son helados de fresa, de limón o de turrón. Son  una masa helada, con una capa superficial de sabor con colorantes. Son las personas que te cuentan las cosas porque así se las han contado a ellos, sin ningún tipo de añadidos ni matices y, por supuesto, sin preocuparse de averiguar si es cierto o no. De ese modo te cuentan una película que has visto o un libro que has leído (y ellos no), pero se lo han contado. Y hasta te discuten el título aunque tengas el libro en las manos. Puede parecer tragicómico y hasta exagerado lo que escribo, pero les aseguro que es tan cierto como lo que les voy a contar a continuación, como muestra inequívoca de la existencia de este otro mundo paralelo: ¿cómo es posible que el PP pierda casi hasta los puntos del carné de conducir en intención de voto desde el 2011, y haya personas que no reconocen que Rubalcaba y el PSOE se siguen revolcando en el fondo de un profundo agujero del que, de seguir con su refocilamiento, no les saca ni el más famoso y experto de los equipos de Espeleología?.

Y se dice, se escribe, se radia, se televisa, pero te hacen un guiño como diciendo que se están haciendo los muertos para que se confíen y sorprenderlos… Solamente, al parecer, en el PSPV-PSOE, se han liado la manta a la cabeza y Ximo Puig se ha cansado de esperar y está empezando a romper la frontera que les separa del otro mundo paralelo. No les puede pasar como a la Penélope de Serrat, que de tanto esperar ni conocerán sus propias siglas dentro de un par de años.

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