Pepiño y en botella

Tal y como van las cosas, y parece que esto no hay quien lo pare, el Congreso de los Diputados se convertirá en el Congreso de los Imputados. Día a día se van desgranando nombres, casos y chanchullos por donde quiera que se mire. No sé a quién le oí decir que la izquierda lo único que tiene, a diferencia de otros, son sus principios y sus ideales, cosa que no necesariamente se puede creer aunque tal vez lo hubiera sido. Puede sonar contundente pero como decía aquél, “la verdad está ahí fuera” y no creo que se deba repetir el manido “y tú más”. Se es honrado o no se es. No vale hacer de intermitente: ahora sí, ahora no. Tal vez lo que hacía que la izquierda, y más concretamente el PSOE, tuviera un suelo tan alto a pesar de los pesares, era la convicción moral de que la ideología y el sentimiento de clase, jamás sería vapuleado por oscuras maniobras para alcanzar el poder a cualquier precio. Desde los “papeles del BOE”, los “terrenos de RENFE”, “Filesa” y “Time Export”, algo empezó a hundirse en el ánimo de muchos militantes/as y simpatizantes/as -“Éste no es mi PSOE que me lo han cambiado”-. Pero el personal seguía apoyando lo que el partido representaba, sin querer ver muchas cosas que el partido hacía. Y se fueron capeando temporales, borrascas y precipitaciones aisladas y localmente intensas. Y tal vez, aquellos polvos trajeron éstos lodos, en forma de Blanco y en botella que esta vez, no es leche. Más bien requesón podrido.

No haberles dejado hueco...

La verdad es que da mala gana asomar la cabeza con realismo, a la escena en general. No es que sea la ceremonia de la confusión, es la confusión en estado puro. Los dos partidos mayoritarios, corren de un sitio para otro como pollos sin cabeza. Los populares amagan y no dan, a Bárcenas. Los socialistas, no paran de mirarse el ombligo discutiendo, en su foro interno, si son galgos o podencos. El azote del PP es uno de los suyos, como también lo es el de enfrente… Con amigos, militantes y cargos como éstos, no hace falta ni oposición, ni rivales. Y encima, todo el año esperando las fiestas de La Magdalena y vienen con el final de un temporal y una potente borrasca bajo el brazo: ¡Agua para todos!
Menos mal que los/as de Castellón, están hermanados con Alcoi en eso de tener buenas dosis de moral. En éste y en otros muchos aspectos más, y utilizando jerga taurina, son como los Vitorinos, que se crecen con el castigo y además, soportan carros y carretas cuando las críticas, no a ellos ni por ellos, sino por los que presuntamente, se los han llevado crudo, comparten tardes de toros tan ricamente, viendo y dejándose ver en el callejón, parapetados tras un burladero que pone “Generalitat”. Pero todo es como queremos que sea y no nos podemos quejar cuando lo más visto en la tele, es cuando Falete, con un bañador rodillero con volantes, salta desde un trampolín a una piscina. Y La Milá, con su aparador de pastelería rancia y antigua, a lo de siempre.