28 nov 2012

¡Hábleme de Ud.!

      Andaba por los Madriles, haciendo como el que estudiaba y un día, al que le siguieron muchos más, en una tasca fantástica, a la par que económica, y echando un pito ante un chato de vino,escuché la conversación de varios taxistas. Uno de ellos contaba cómo correspondió al mítico:“¡Taxista tenías que ser!” de otro conductor, con una  mención a la poca honestidad desu santa madre, seguida del adjetivo “esférico”. Es decir, que se le mirase por donde se le mirase, era lo que “le había dicho antes”. Varios años más tarde, cogí un taxi en la Castellana de Madrid. Estando parados en un semáforo, el conductor de atrás, fiel a la definición de milésima de segundo, nos pegó un bocinazo prolongado al encenderse la luz verde. Nos adelantó de malas maneras mientras nos hacía un gesto con su mano, levantando el índice y el meñique. En el siguiente semáforo, nos paramos en paralelo a su lado y mi taxista, echó mano a algo que llevaba en la guantera y le enseñó un bocadillo envuelto en papel de plata, lo que dejó desconcertado al conductor de claxon fácil. Esta operación, se repitió en un par de semáforos más, hasta que el conductor más enfadado aún, le preguntó qué hacía y el taxista le dijo: -“¡Cada uno enseña lo que le pone su mujer!”.
      Julián, madrileño castizo, del Atleti y taxista retirado, me contó que una vez, se le subieron dos “Yuppies” escandalosamente jóvenes, a su taxi y Julián les preguntó: -¿Dónde os llevo?”. Se ve que el tuteo no les sentó bien y uno de ellos le dijo:-“¡Hábleme de Ud.!”. Julián, como si fuese Manolo Morán cuando interpretaba a un taxista, comenzó a contarle su vida desde su más tierna infancia. Confundidos le dijeron que de qué hablaba, a lo que Julián contestó: “¿No me ha dicho que le hable de mí…?”

Lo puedes leer también en El Periócico Mediterráneo

27 nov 2012

Para gustos colores, y para escoger, las flores

         Iba a comentar varias cosas del ostión de Artur Mas que nos ha costado treinta y cinco millones -35- de €uros. Pero me parece aburrido hablar de la auto-inmolación de un visionario errático y alucinado. A Esquerra Republicana se le ha aparecido La Moreneta, con el Mas. Aunque hoy, el Mas, es menos.
         Pero estás son las cosas del querer y como en política, como en tantas otras cosas, se hacen extraños compañeros de cama, veremos a unos Mas -sin acento-, que a otros, pactar lo impactable, con el fin de "tocar pelo", cuando hace un par de días, se decían de todo menos "bonico", o "macu" pero lo peor es que los votantes, con un aumento más que considerable de participación, van y se creen el Pressing Catch en el que se ha convertido la política en España.
         Recuerdo que hace muchos años, en la Plaza de Toros de Valencia, hacían veladas de Lucha Libre y el personal, a veces familias enteras, iban con sus bocadillos envueltos en papel de periódico y los más sibaritas con fiambreras bien surtiditas, a pasar un rato divertido.¿Divertido dice ud.? la Lucha libre ¿divertida para una familia? Pues sí. divertida, al menos las que yo presencié y después que mi padre me explicase el "concepto", que al parecer todos sabían. Cosa que me desmoralizó y me hizo perder la afición a la Lucha Libre y tumbase a mi luchador preferido:  "El Tigre del Cabañal".
       El asunto del "concepto", más que explicármelo me la mostró. Salíamos de una de las veladas en la plaza de toros y como ya era un "homenet", me llevó por primera vez al bar Los Toneles. y allí desapareció mi afición a lo de la Lucha Libre, al Tigre del Cabañal y todo lo que le rodeaba: En una mesa del rincón del fondo, estaban los que antes se habían zurrado la badana a gusto, comentando que el siguiente fin de semana, en no me acuerdo qué pueblo, ganaría fulano contra mengano, y que zutano perdería contra peleano. Pero que ya lo detallarían cuándo se vieran en el gimnasio, al que iban todos, todos los días...
      O sea, que los golpes, los saltos, las llaves y toda la liturgia de la lucha, estaba coreografiada y ni se hacían una mala rozadura. Me sentí estafado y rabioso, pero por la tomadura de pelo del sistema, de los contendientes que se prestaban -todos- a ello, y del señor que me vendía papas en bolsas de papel de colores y gaseosa con tapón de bola. Todos los villanos más malos que existían, incluso más que el barbas que perseguía a Charlot, estaban en el mundillo de la Lucha Libre.
      Después, de más mayor volví a sentir la misma decepción, cuando el recién nombrado presidente del Gobierno, Felipe Gonzáles, antes Isidoro, nos metió en la Otan, y cuando censuró la emisión de una canción de Javier Krahe, acompañado de Joaquín Sabina -"Cuervo Ingenuo"- en TVE en 1986... Y así han seguido las cosas, cómo me sentí estafado cuando Enrique Tierno Galván, el querido "Viejo Profesor", pronuncio la lapidaria frase: "Los programas electorales, están para incumplirse"... Y desde entonces la cosa ha ido a peor de forma exponencial.
      Pues eso, que un día de estos, pillarán a los cabeza de lista de varios partidos, jugando con Mas, al Monopoly. 
        Tiempo al tiempo...


23 nov 2012

claramontesinos.blogspot.com.es

Miliki
Lo primero que he sentido cuando esta mañana he leído que Miliki había muerto ha sido tristeza, por supuesto. Pero inmediatamente después he sentido vergüenza. ¿De verdad que el hombre que nos había acompañado a varias generaciones durante toda nuestra infancia se iba a ir ahora? ¿En el 2012? ¿En este año en el que la codicia, la corrupción, la economía y la clase política nos azota en la cara con un calcetín mojado y remendado? No me lo podía creer. La persona que más energía positiva ha lanzado desde la tele o desde el circo con sus canciones y su filosofía del esfuerzo y la sonrisa, se iba justo en el momento en que se hacía palpable que esos niños habíamos crecido y no lo habíamos hecho nada bien.
De la vergüenza ha surgido un "Miliki, lo siento".
Los padres que felices llevaban a sus hijos en el coche con "Susanita tiene un ratón", o "Vamos de paseo" se han dado cuenta que han dejado a sus hijos en un mundo que nada tiene ni de circo, ni de globos, ni de olor a manzanas con caramelo, ni siquiera de pan con chocolate.
Y lo peor de todo es que podríamos tenerlo... Pero a muchos se les ha olvidado trabajar y sonreír, trabajar y sonreír. Y quien no sonríe mientras está trabajando es porque no le apasiona lo que hace o porque algo malo lleva.
¿Alguna vez habéis entrado en un banco y os han sonreído? ¿Habéis visto a los políticos entrar en Las Cortes felices y con los mofletes sonrojados porque iban a dedicar todos sus esfuerzos y recursos a ayudar a la gente? 
Hemos sido un país donde la sonrisa era señal de flojera, de poca responsabilidad y no de satisfacción. Y así nos ha ido. Quiero ver a la gente sonreír de verdad y no porque me quieran vender algo. La próxima vez que vea a políticos unidos de la mano levantándolas en señal de victoria quiero que sea porque han frenado un desahucio y no porque han ganado unas elecciones. ¿Os imagináis? Yo sí. 
Sé que todos los que hemos tenido la capacidad de sonreír delante de la tele, padres, niños, amigos,... mientras merendábamos, sabemos hacerlo. Ya lo hemos hecho muchas veces gracias a la familia Aragón. Así que ahora sólo hay que volver a ponerlo en práctica.
Este es mi mantra desde hace tiempo "trabajar y sonreír" Y desde hoy lo voy a repetir más veces y más alto. 
Porque ¿sabes qué Miliki? El mundo volverá a oler a algodón de azúcar.

21 nov 2012

Ni buey, ni mula, ni estrella...

      Si es que al final van a tener razón los mayas con lo que el mundo, tal y como lo conocemos, se irá freír espárragos el veintiuno del mes entrante. Cuatro días antes de Nochebuena. Y es que ya, un portal sin buey ni mula y, de momento, sin estrella, ni es portal ni es ná.
      Lo que no acabo de entender, es como los católicos ya han dicho que el Papa puede decir misa, pero que ellos seguirán con la estrella, la mula, el buey, los pastores y viendo cómo beben los peces en rió de papel de plata. Y para otras cosas que dice el Pastor Alemán, lo cumplen a pies juntillas.
      Ya ves tú que necesidad de estropearles las fiestas a los belenistas y a las familias que hacen unos belenes de aquí te espero. Va a ser que lo de: entre un buey y una múula Dios a nacíido, ¡ay del chiquitín, chiquirriquitín, queridi, queridito del alma! habrá que someterlo a un restiling de aúpa.
      Ya se fue a hacer puñetas, el limbo, el purgatorio y el infierno, ¡no veas que putada, para los que palmaron, antes de que entrara en vigor la nueva disposición! Ahora bien, si es con carácter retroactivo...
      Menos mal que el veintiuno, tot per l'aire y aún así, le da tiempo a cargarse a los SS los RR MM, a los pastorcillos, al oro, al incienso y la mirra. Y ya puestos y sintiéndolo mucho por el Sr.. Mas -el Papa es el Papa, pero él es más-, el cagarner tiene sus días contados.

De las cosas del comer

   Hace unos días volví a Castelló, siempre fiel mil lema “las ciudades son libros que se leen con los pies, callejeé, entre otras, por la Puerta del Sol, la calle de Enmedio y la calle Vera, que me llevó directamente a la Plaza Mayor y al Mercat Central.
Una vez escribí que un Mercado Central, es como la catedral de los sentidos y recomiendo que cada vez que visiten un mercado central, se dejen caer por el bar del mercado. Y eso hice en el Bar Mercado, valga la redundancia, donde la amabilidad y el buen hacer del dueño y su esposa, sólo es comparable con la calidad de los productos y el cariño con que hace sus bocadillos. Solo he ido una vez, pero me sentía como cuando vas a casa de un amigo que se esmera en darte lo mejor de lo mejor, pero no a mí, sino a todos sus parroquianos.

   Tras darme una vuelta por los puestos y descubrir una col Romescu, que ni sabía que existía y pensaba que era el nombre de una salsa, me sorprendió que en la Plaza Mayor, había una red disponible y abierta -Wificas- y me conecté. Qué adaptación a las redes sociales, pensé, pero a los pocos segundos apareció un mensaje que decía: “esta red no existe”…

   Un poco desengañado, me volví a mi Moncofa, pueblo pequeño, comprimido por el gran corazón, amabilidad y buena educación de sus vecinos, como hace años no había encontrado. Al pasar por Nules, no pude evitar pasar por el que hoy es KéKaña y que mañana será Casa Manu, que tras nueve años en Moncofa, regresa. Deja a Les Clarines, el Plaza, Picaetes, El Pirata y al Marítim, inundados de excelente personal y mejores tapas y comidas, aunque el Marítim, como todos los otros en sus peculiaridades, con su paella a leña, merece mención especial.

Lo puedes leer también en el Periódico Mediterráneo

20 nov 2012

Cambio horario

Me considero normalito en lo tocante al intelecto, pero hay cosas, como el cambio de la hora, que no acabo de entender.
El asunto es que ahorremos luz, pero con los horarios de los trabajos, las luces de comercios, tiendas, despachos y oficinas y un largo etcétera, se encienden antes. Creo yo. Con lo que lo del ahorro, más IVA, no lo acabo de pillar.
En las fábricas, que trabajan veinticuatro horas, tampoco veo el ahorro. Tal vez porque soy de letras, pero seguro que alguien debe tenerlo claro... Buenos todos menos algunos ayuntamientos que mantienen siempre el programador en la misma posición.

Jalogüin

No soy anti nada, dentro de lo razonable, aunque un poco sí de las terminaciones en "ista". Dicho ésto, no acabo de entender lo del Jalouin. Acabo de entrar en un bar y estaba lleno de telarañas sintéticas, calabazas sonrientes, amenazantes, draculodeante, murciélagos, esqueletos... Luego por la calle un montón de niños disfrazados de todo lo más desagradable que se pueda uno imaginar, cogidos de la mano de estupendas madres que, encantadas, también llevaban cosas en la cabeza.
Es sabido que los niños/as son un poco raros en sus cosas, pero ya Freud dijo que: "Los niños son monstruos polimorfos asexuados" (sic) y eso, al menos da que pensar.
Tampoco entiéndo lo de ir el día uno al cementerio a "visitar" una lápida con un, o unos, nombres grabados. Se ve que el resto de los días, no valen.
Personalmente he visto cambiar flores de nicho a nicho con toda la cara dura. He visto viudos consolar a desconsoladas viudas y salir del bracete del camposanto... Y no es que yo vaya mucho, no voy nada, pero cuando estaba en la facultad, iba a estudiar al cementerio en invierno, que por su construcción resguarda completamente del aire y al sol se está muy bien. Vamos como los carasoles en los pueblos. Y del silencio ni hablo. Mi padre, que tenía su retranca, llamaba al cementerio "el mas dels callats".
Bueno pues eso. Que no entiendo que sentirán o qué pensarán cuando los disfracen así o si les dejan ver los informativos y los sálvames de las teles.
Eso sí. a dormir con la luz apagada y la puerta cerrada que ya eres mayor...

Eduardo Galdeano


Estos videos son de todos para todos, si más personas los ven, los mensajes se perpeturán y tendrán el sentido de existir. Si a usted le gustó alguno de ello...

claramontesinos.blogspot.com.es









5 DE NOVIEMBRE DE 2012


Tengo ganas de vomitar...

Este post lo quiero escribir hace tiempo. He esperado a ver si estas ganas se me pasaban, pero no. Incluso en algunas ocasiones han ido en aumento.
No hay palabra más escuchada que la temible "crisis". Hables con quien hables y mires a donde mires ves caras largas, tristes o de preocupación. Todos ahora ven Salvados y asienten con la cabeza mientras la tele enumera los casos de corrupción política, bancaria y demás que en todos estos años se han ido sucediendo en España.
Con este panorama es entendible que cada manifestación tenga éxito de convocatoria. Pero ¿Ya está?
¿De verdad toda esta rabia se esfuma así? ¿No hay nada más?

Durante "La vuelta al cole" de este año pude escuchar por la calle y en la piscina, por ejemplo, los mismos comentarios que hubiera oído otros años: "¿Qué tal el verano? Muy bien, en la playa, los niños genial" "A empezar el curso otra vez ¿eh? Aquí estamos" "¡Qué guapa estás! Te ha sentado bien el veranillo". Tardé una eternidad en ponerme el bañador, no daba crédito. Los telediarios estaban ardiendo de noticias de paro, de cifras de familias que pasan hambre... y parecía que habíamos vuelto a los '90. Toda esta gente ¿Había vivido el verano igual?

¿De verdad la rutina nos tira tanto? ¿Nadie ha aprovechado algún día de hastío para pensar en cambiar radicalmente? ¿Para pegar un puñetazo en la mesa y decir hasta aquí?
La crisis ha sacado a relucir la conformidad de esta sociedad y la falta de arrojo de la mayoría de las personas.
Sé que muchos pensaréis que no es bueno generalizar, pero no conozco a nadie, ni un amigo de un amigo, que haya hecho nada diferente a lo que ha hecho hasta ahora. Nadie que se atreva a salir de la senda. Y no me lo quiero creer.

Acaba de pasar Halloween y ya están anunciando la Navidad. Y me temo que todo seguirá igual. Iremos a la feria, al circo, le pediremos la carta a Sus Majestades los Reyes Magos... A lo mejor alguien les pide que esto cambie, pero no necesitamos un cambio, necesitamos la fuerza suficiente para producirlo nosotros mismos.

Tenía ganas de vomitar pero estoy ocupada con mi cambio.

Sombras

      He conocido a multitud de personas a lo largo de mi vida. Todas y cada una de ellas, diferentes en casi todo, excepto en la sombra. Todas tenían su sombra particular que les acompañaba a todas partes. Era como un guardaespaldas que venía de serie.
      Muy pocos apreciaban ese regalo personal e intransferible con el que estábamos dotados. Teníamos sombras que, automáticamente y según las horas, los lugares y las estaciones del año, eran cambiantes. No era lo mismo la sombra del verano, y a diferentes horas, que las de invierno o dentro de casa. Se habrán dado cuenta que he conjugado los tempos verbales en pasado. –“Cómo si ahora no tuviéramos sombra”, pueden pensar, pero les digo que no es cierto. Les digo que ustedes también se han dado cuenta de que poco a poco, las sombras ya no son lo que eran en determinadas personas.
      Conocí a personas que tenían muy mala sombra, pero a nadie con “buena sombra”; y desde hace varios años estoy conociendo a demasiadas personas sin sombra. Personas, a las que les han arrebatado hasta el derecho natural a poseer su propia sombra. Eran personas con sombra y ahora, son sombras sin personas… Les han echado de su trabajo, les han ido arrebatando sus bienes y su vida poco a poco, les han quitado la escuela a sus hijos, el derecho a la sanidad universal, el valor de sus pensiones, su casa…
      Tal vez por eso, los desposeídos, que han dejado de ser personas, para convertirse en sombra de lo que fueron, han decidido unirse y salir todos juntos a las calles o quedarse bajo los techos que les quedan, para conseguir, al menos y entre todos, volver a conseguir dejar de ser sombra de lo que fueron y volver a ser personas con sombra.

Lo puedes leer también en el Periódico Mediterráneo

El Madrid Arena

El lamentable e irreparable caso del Madrid Arena, se produjo por una concurrencia fatal de errores en cadena, y porque determinadas personas miraban, y siguen mirando, hacia otro lado, pero las responsabilidades las aclarará, en todo caso, el juez. Lo que es inverosímil, es que el Ayuntamiento de Madrid, prohíba celebrar espectáculos en todos los recintos municipales. Es como si para evitar la sangría de las carreteras, se prohibiera conducir, o para evitar los suspensos, se prohibiera estudiar.
La alcaldesa de Madrid ha obrado dejándose llevar más por los sentimientos, todo sea dicho de paso, comprensibles, que como la responsable de una gran ciudad. Creo que todos hemos estado en conciertos y espectáculos de masas y con unos controles básicos o más amplios, según el evento, sin que se produjesen hechos tan trágicos como los sucedidos.
Sin ir más lejos, las aglomeraciones que me vienen a la cabeza a bote pronto, pero que sin duda hay más, son: La Feria de Sevilla, Las Fallas, La Magdalena, La Semana Grande de Bilbao, Los Sanfermines... Pero no ya por sus multitudinarias aglomeraciones de gente por la fiesta en sí, sino por lo que llevan a su alrededor: espectáculos, conciertos, atracciones portátiles… De igual forma que hay eventos que revientan previsiones de asistencia, edición tras edición, como el ya mundialmente conocido Festival Internacional de Benicasim, que atrae a jóvenes, y a no tan jóvenes, de todo el mundo.
            Con controles de acceso, la adecuación de las instalaciones, la vigilancia para evitar situaciones peligrosas, y la asistencia médica debidamente preparada en el lugar, esta tragedia no debería volver a pasar. Así pues, no pongamos puertas al campo. Cumplamos las múltiples ordenanzas para tales eventos, que las hay y, recordando el ya mítico eslogan de mayo del ´68: queda prohibido prohibir.

El grajo económico

      Hay un refrán castellano, que dice que cuando el grajo vuela bajo, hace un frío del carajo, es decir que o estamos en invierno, o el otoño está siendo muy frío. En todo caso, el frío frío, es incompatible con algunos cultivos y eso lo saben de sobra nuestra gran cantidad de agricultores que hacen posible que se pueda comer muy bien y a precios razonables –si se les compra a ellos directamente-. Así pués, vuelo bajo del grajo y brotes verdes, son complicados. Y cuando me refiero a lo del grajo, me refiero a la economía europea, liderada por Alemania.
      Con esta exposición inicial, tan aparentemente rural, muy bien que el gobierno central haya empezado a ver, no sólo los antiguos brotes verdes de Zapatero, sino que ven hasta pradera enteras, ven señales y luces al final de túnel, mientras en el ámbito económico europeo, los grajos, no es que vuelen bajo, es que van cuerpo a tierra.
      Tengo que reconocer que las declaraciones del recién elegido presidente de la Xunta, Núñez Feijóo en la Cadena Ser, no sé si me han gustado más que me han sorprendido. Cuándo preguntado por las verdes colinas y los verdes prados económicos, y el punto y final de la crisis augurado por el gobierno central, formado por miembros de su propio partido dijo: “Una cosa es lo que dicen -no decimos- los políticos, y otra cosa lo que dicen los indicadores económicos y los economistas”. Sí señor. Un político, por fin al que se le entiende lo que dice. Un político que dice la verdad, que fue lo que mató -políticamente hablando-, a Zapatero y a su gobierno cuando la vicepresidenta Salgado dijo lo de los brotes verdes, mintiendo. O bien todos los políticos son daltónicos y ven verde lo que es un potente marrón, o mienten como bellacos. Mientras tanto, siete de cada diez familias castellonenses tienen dificultades para llegar a fin de mes…

Visionarios

Parados, pensionistas, agricultores, estudiantes, maestros, enfermeros, empresarios, periodistas y todos los demás -todo terminado en os/as, que luego hay personal que se mosquea-. ¡Hay que aguantar un poco más! Como decía aquél, “españoles todos: la crisis se acabará en 2013”. Lo ha dicho en sede parlamentaria el ministro Montoro, que si Solís era la sonrisa del régimen, éste es la risa generalizada. Que a Montoro, de Guindos y Wert, solo les falta cuando empiecen sus comparecencias decir: “¡Cómo están ustedes…!
Pero lo importante es el anuncio del ministro Montoro y, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, que el presidente Rajoy dijera ayer en el Senado, con relación a Catalunya, que “a mí nadie me ha pedido un referéndum” (sic). Si en ésta ocasión se cumplen las promesas de los dirigentes del PP, poco probable, por lo que se ha visto y muy deseable por todos/as, en unos meses se acabó la recesión, gracias a los “presupuestos más sociales de la Democracia en España” (sic),
¿De verdad se lo creerá alguien? ¿Qué dice el empresariado de la cerámica castellonense y los sindicatos agrarios? Todo ha subido como una bala y cuando baje, lo hará como una pluma. Por ejemplo, El Mercat de la Taronja de Castellón: el mismo precio por la misma cantidad que el año pasado. No me salen las cuentas y no es que no me salgan a mí, es que no les pueden salir a los agricultores.
Y en la otra orilla un Rubalcaba con más de 30 años en la política, 65 años de edad y con los resultados del domingo, no creo que sea el líder de futuro que se merecen los suyos. Las siglas de los partidos no son nada sin la masa social que las mantiene. Sólo las cúpulas directivas, no pueden con ellas.

Subir y bajar

Ya sabíamos todos que es mucho más difícil subir que bajar. Que subir es mucho más duro y costoso. Que para subir, tal vez haya que dejar, para aligerar, demasiadas cosas por el camino y que al final, sólo sirva para que la caída sea desde mucho más alto.
Cuando se es pequeño/a, creíamos que se referían a las cuestas que nos eran más conocidas y próximas; las que llevaban a la ermita, al huerto, a las eras, o al Carmelo. Luego entendimos que se referían a los estudios. Más adelante a encontrar un trabajo y así hasta que de repente, una cosa dura y cotidiana como es el ladrillo, va y primero se mete en una burbuja, para luego que la misma estalle y el ladrillo se pegue un guantazo considerable y se haga añicos. Y nos pasó como con los accidentes; que siempre pensamos que les pasan a los otros…
Al poco tiempo fuimos viendo cómo los otros, estaban cada vez más próximos, hasta llegar a nuestro círculo de amistades y hasta nuestra propia familia. Nos esforzamos más en nuestros trabajos, echamos todas las horas posibles -aún sin cobrarlas-, para que la empresa notara nuestra entrega y tesón…El resto ya lo saben. Hemos sido todo un poco como Félix Baumgartner, sólo que él, ya puso los pies en el suelo y nosotros -la mayoría-, continuamos en caída libre y durante más de cuatro minutos y diecinueve segundos… El asunto, el trágico asunto y la gran diferencia, es que él sabía hacia dónde caía, mientras que nosotros -creo que todos en estos momentos-, no tenemos ni pajolera idea de dónde está el final. Aunque cada uno, como con las cuestas siendo niños, nos imaginemos el particular y cercano.

La gran olvidada

Todos saben que la Comunidad Valenciana acaba por el norte en Tarragona, de igual forma que por el sur con Murcia. Esto que parece de Perogrullo, no es tal. En casi todos los medios -y del maltrecho Canal Nou ni hablemos-, muy gorda se tiene que liar, para que se nombre a Castellón. Sólo se cita por su aeropuerto huérfano de aviones, por unos décimos de lotería y poco más.
Castellón, al menos el que yo conozco, el de sus gentes, sus trabajos y sus cuitas, no tiene nada que ver con esos grandes “titulares” que hace mofa befa y escarnio de cuatro etiquetas -o cuatro mil, igual da-, que se repiten sin tregua para demostrar “que en todas las casa cuecen habas”.
La Provincia de Castellón y sus comarcas, no tienen nada que ver con éstas cosas. Las han padecido, las padecen y, me temo que las padecerán, a modo de San Benito impuesto por el inquisidor de turno, con una paciencia digna de Job.
Desgraciadamente se comenta de los periodistas que solemos decir que “no dejes que la verdad te estropee un buen titular”. Y no es cierto. Otra cosa son las empresas y las líneas editoriales, que alimentan, sin duda, esta especie de leyenda corporativa y que tienen otros intereses
Castellón -y Moncofa, por lo que me toca-, son bastante más que lo que el espejo de algunos quieren reflejar. Yo veo todos los días desde mi bici, como son, de qué hablan, como se divierten y como trabajan, las gentes de Moncofa -es un poner-. Así es la gran generalidad de los castellonenses, y creo que tiene que faltar muy poco, para que la ebullición de la realidad de todos estos factores, reviente y sea conocida y reconocida.