11 jul 2013

Corazón partío

Estaba a punto de clicar sobre “enviar”, para mandar mi artículo semanal a La Vanguardia-Valencia, cuando me llegó la noticia del fallecimiento de Concha García Campoy. A éstas alturas de la mañana todos estaremos informados de la enfermedad que nos la arrebató a primeras horas de la tarde de ayer, pero no le voy a dedicar ni un segundo a la causa, sino al efecto: Concha no nos volverá a acariciar con su voz de piel de melocotón que te llegaba al alma, por muy ásperas que fueran las informaciones que diera. Creo que todos los que nos dedicamos a este oficio desde hace años, seguimos su ascendente evolución como profesional y sobretodo, como persona,

Concha no era locutora, ni presentadora, aunque si había que hacerlo, lo hacía, y muy bien. Concha era, ante todo, PERIODISTA, una PERIODISTA todo terreno. Escribía, hacia radio de forma espectacular, en televisión la cámara la quería y su buen hacer, la llevó a intervenir en series de televisión y películas.

Concha, al menos para mí, fue siempre un referente. Como el punto de fuga en un cuadro, como un horizonte que siempre está ahí pero al que jamás llegarás. Concha derrochaba optimismo con una insuperable y permanente actitud fresca y siempre positiva, por encima de todo. Tuvo a su maldita enfermedad contra las cuerdas desde el principio, poniéndola en jaque contra todo pronóstico, pero se le acabó el tablero. Mando un abrazo fuerte a su familia y allegados y a todos los lectores, oyentes, espectadores y compañeros que desde ayer por la tarde, nos sentimos un poco huérfanos y perdidos, en este laberinto de actualidad que hay montado y que ella tan bien nos los explicaba.

Adiós Concha.



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