2 ene 2013

Todo pasa y todo queda

Pasó el temido 21-D y los Mayas, al parecer, acertaron de lleno. Empezó ese día el fin de un ciclo. Las personas levantamos el pie del acelerador de nuestras vidas, convergentes o divergentes, y miramos a nuestro alrededor. Vimos en qué estado está el planeta que heredamos. Estrujado como la ubre de una gran vaca, seca de tantos mamones sedientos de una leche que ya no podemos tragar ni digerir, pero que seguimos mamando entre arcadas y reflujos.

Pasó la Nochebuena, sin buey. Sin vaca. Sin pastores. Sin Reyes Magos de Oriente. Los reyes, están en Occidente y no se dedican, precisamente, a ofrendar presentes a nadie, y mucho menos a un niño pobre y sin papeles, como era Jesús.

Pasó la Navidad, envueltos en papeles de colores, terciopelos rojos y bolas de plástico colgadas de un árbol, también de plástico.

Pasó Nochevieja casi de puntillas y del mismo modo entró el Año Nuevo. Pero entró así, porque sabía que sabíamos que era una llegada envenenada. Tras las primeras horas del flamante y esperanzador año, dieron rienda suelta a los titulares secuestrados unos días, para explicarnos que no es que siga todo igual, es que la realidad supera a la ficción. Ha vuelto la vieja tijera, mellada y roma de tanto corte y recorte, pero recién salida del afilador.

Yo no tengo agallas para decírselo, pero ya lo habrán leído en este mismo periódico y si no, mejor para ustedes, pero ya saben que la ignorancia de la ley, no exime de su cumplimiento.

Que los Reyes Magos, vengan de donde vengan, sean mucho más generosos que el Gobierno, con sus ciudadanos pensionistas, funcionarios, estudiantes, amas de casa, inmigrantes...

No hay comentarios:

Publicar un comentario