12 oct 2013

El último domingo de mayo

Mucha gente nos preguntábamos cómo eran nuestras vidas sin los teléfonos móviles. Pero eso fue al principio, cuando los móviles eran comomochilas pequeñasRecuerdo que el primer teléfono que vi en un coche y que solo funcionaba en el mismo centro de Madrid y de Barcelona, tenía un auricular como los de casa, de baquelita, con su cable de rabo de cerdo y su colgador. Fue un invento de Telefónica que, visto lo visto no tuvo mucho éxitoen aquella épocaEl coche tenía una caja en el maletero como medio baúl y una antena en el techo no muy grande. Para hacer unas llamada, descolgabas, apretabas un botón y aparecía una operadora que te decía a qué número querías llamar de otro “abonado” y ella te conectaba o te decía que comunicaba o que estaba apagado. Enúmero delteléfono del coche de mi padre era el 162 y estaba en un coche americano matrícula M-DS. El servicio fue desmantelado, al menos para los particulares.También por aquellos años Telefónica cableó todo Madrid por el subsuelo, con la idea de utilizarlo para algún que otro menester, además de línea de emergencia. Cuando apareció en nuestro país la televisión por cable y que esa instalación habría sido la bomba, o estaba deteriorada en algunas zonas, o era totalmente obsoleta para el invento. Pero lasideas y la intuición estaban ahí. 

Siempre he pensado que el tiempo pasado nunca fue mejor porque todo evoluciona, se mejora se desecha, se innova, se avanza… En una palabra: se mueve. Pero a fuerza de ser sincero empiezo aencontrar algunas cosas que funcionaban mejor hace unos años. Y no es la edad, ni la añoranza. Es la impotencia ante un gobierno que lo único que hace a la perfección es el Don Tancredo. Parece que tenga la misma sangre, el mismo impulso y el mismo arrojo que cualquier monumento de nuestro país. Ni tan siquiera es cambiar todo para que nada cambie. Ni eso. Son de la escuela castellana de sostenedla y no enmendadla. Cada vez que algún miembro del ejecutivo abre la boca, el país entero, o por sectores, muere un pocoQue no hay más que ver las caras de alegría que lleva el personal por las calles. Los bares y restaurantes llenos y con lista de espera, al igual que los cines y teatros con el “agotadas las localidades Y estamos en el final de la primera parte de la legislatura con una goleada del gobierno a los ciudadanos, que va a ser imposible de remontar en la segunda parte. Pero el reglamento es el reglamento, dicen. Los aficionados han hecho de todo, han saltado al terreno del juego, han interrumpido el partido en varias ocasiones, las deFemen han enseñado las tetas en el Congreso… Es como la agonía de  la película “Bailad bailad malditos”. Hay que resistir. Hay que frenar un poco a los caballos, hasta el último domingo de Mayo de2015. Se ha intentado de casi todas las formas posibles y civilizadas, pero la cosa no ha funcionado, es el momento de replantearse muy serenamente la situación y, sin bajar la guardia un segundo, acordarnos de todo y de todos, para descargarimparables y enérgicos, nuestro voto en las urnas en Mayo. En el último domingo de Mayo de 2015. Espero.

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