16 nov 2013

Lentejas: si quieres las tomas y si no...


Si hay que escribir, se escribe. Si luego el personal dice que da angustia leer lo que a veces escribimos, que lo digan. Pero es lo que hay. Es como si el personal, con los múltiples y variopintos anuncios de los ministros del ramo sobre que la crisis ha pasado, quisiera que nos pusiéramos los cristales de color rosa para ver y comentar lo que pasa a nuestro alrededor. ¿Qué cara y que cuerpo se nos queda cuando el mismo día que se cumplen once años del mayor desastre ecológico de nuestro país, los jueces absuelven a todos los imputados? Miles de personas acudieron a La Costa da Morte a recoger con sus propias manos lo que Rajoy dio en llamar “algunos hilillos” a lo que salía del Prestige y que en la costa fueron toneladas de chapapote. Sin equipos, sin medios, sin protección, sin información de la posible toxicidad y contaminación que podían sufrir o no, en sus carnes. Y ni un solo responsable. La fiscalía pedía 4.000 millones y según los técnicos se quedaban cortos. La Justicia los ha rebajado a 22 a la aseguradora, que es como dejar un céntimo de propina al pagar un café para el resto de los mortales.
Por otro lado, las ansias de velocidad meteórica que llevaron a anunciar al presidente no electo Fabra, el cierre irreversible de RTVV, empieza a parecer que tenían sentido. Un testigo protegido, frente al comentario de la ex directora general de que le habían dado los ordenadores tan limpios como los de Bárcenas, va y le dice al juez dónde y cómo deben buscar y qué encontraran determinados documentos sobre el caso Gürtel  y los sobrecostes y dineros que se llevaron, entre otros, sobre los gastos de la visita del Papa a Valencia.
Bajo secreto de sumario, pueden salir cosas que expliquen, una vez más, porqué en gran parte la RTVV es una ruina y, de nuevo, que los trabajadores no son responsables. Ha habido voces de compañeros que han arremetido sobre los trabajadores que ahora desmelenados, fueron los mismos que aceptaron la mordaza. Y tienen razón, pero todos los que conocemos este oficio sabemos que en más de una ocasión, de lo escrito a lo publicado, como por arte de  magia, el texto era diferente. Todos y todas sabemos, y más de uno hemos sufrido, reuniones donde se nos “recomendaba” rebajar el nivel de crítica o, simplemente, hablar del mar y los pescaos, en lugar de lo que teníamos preparado, contrastado y documentado. Y todos sabíamos que o aceptabas o era cuestión de días que fueras despedido ¿o no?
Por eso descubrí que dónde podía decir lo que me diera la gana, y asumiendo todas las responsabilidades, era en Opinión. Ni línea editorial, ni recomendaciones de los jefes, ni de nadie. Soy directamente el único responsable de lo que escribo, al igual de lo que digo. Aunque, como es lógico, me pueden enviar a freír espárragos cuando quieran. Pero si trabajando para una empresa de comunicación y hasta siendo director regional de 13 emisoras con 13 plantillas, se reciben presiones, imagínense al compañero recién incorporado y que sólo locuta las noticias que los redactores le pasan.
Y esto es así, como las lentejas. Y si la cosa está mal y en tu casa tenéis la manía de comer todos los días. Te tragas los sapos que haga falta, hasta que encuentres un medio más acorde con tu forma de ser, o te montes el tuyo propio. Pero ya sabes que ni así. Sabes que necesitarás entrada de dinero y sólo con suscriptores no podrás y entonces llega la publicidad a salvarte y a darte unos buenos ingresos si tu audiencia o tu tirada, disminuyen el precio por impacto. Pero las centrales de medios y las agencias, cuando no las propias empresas, te dirán que hay “determinadas” noticias que no les favorecen y estaremos en lo mismo: o miras para otro lado, o te retiran la publicidad. Por cierto ¿alguien ha oído, leído o visto, algún tipo de problemas de cualquier índole en Coca Cola España o en El Corte Inglés? Pues eso, que #RTVVnoestanca.
Si hay que escribir, se escribe. Si luego el personal dice que da angustia leer lo que a veces escribimos, que lo digan. Pero es lo que hay. Es como si el personal, con los múltiples y variopintos anuncios de los ministros del ramo sobre que la crisis ha pasado, quisiera que nos pusiéramos los cristales de color rosa para ver y comentar lo que pasa a nuestro alrededor. ¿Qué cara y que cuerpo se nos queda cuando el mismo día que se cumplen once años del mayor desastre ecológico de nuestro país, los jueces absuelven a todos los imputados? Miles de personas acudieron a La Costa da Morte a recoger con sus propias manos lo que Rajoy dio en llamar “algunos hilillos” a lo que salía del Prestige y que en la costa fueron toneladas de chapapote. Sin equipos, sin medios, sin protección, sin información de la posible toxicidad y contaminación que podían sufrir o no, en sus carnes. Y ni un solo responsable. La fiscalía pedía 4.000 millones y según los técnicos se quedaban cortos. La Justicia los ha rebajado a 22 a la aseguradora, que es como dejar un céntimo de propina al pagar un café para el resto de los mortales.
Por otro lado, las ansias de velocidad meteórica que llevaron a anunciar al presidente no electo Fabra, el cierre irreversible de RTVV, empieza a parecer que tenían sentido. Un testigo protegido, frente al comentario de la ex directora general de que le habían dado los ordenadores tan limpios como los de Bárcenas, va y le dice al juez dónde y cómo deben buscar y qué encontraran determinados documentos sobre el caso Gürtel  y los sobrecostes y dineros que se llevaron, entre otros, sobre los gastos de la visita del Papa a Valencia.
Bajo secreto de sumario, pueden salir cosas que expliquen, una vez más, porqué en gran parte la RTVV es una ruina y, de nuevo, que los trabajadores no son responsables. Ha habido voces de compañeros que han arremetido sobre los trabajadores que ahora desmelenados, fueron los mismos que aceptaron la mordaza. Y tienen razón, pero todos los que conocemos este oficio sabemos que en más de una ocasión, de lo escrito a lo publicado, como por arte de  magia, el texto era diferente. Todos y todas sabemos, y más de uno hemos sufrido, reuniones donde se nos “recomendaba” rebajar el nivel de crítica o, simplemente, hablar del mar y los pescaos, en lugar de lo que teníamos preparado, contrastado y documentado. Y todos sabíamos que o aceptabas o era cuestión de días que fueras despedido ¿o no?
Por eso descubrí que dónde podía decir lo que me diera la gana, y asumiendo todas las responsabilidades, era en Opinión. Ni línea editorial, ni recomendaciones de los jefes, ni de nadie. Soy directamente el único responsable de lo que escribo, al igual de lo que digo. Aunque, como es lógico, me pueden enviar a freír espárragos cuando quieran. Pero si trabajando para una empresa de comunicación y hasta siendo director regional de 13 emisoras con 13 plantillas, se reciben presiones, imagínense al compañero recién incorporado y que sólo locuta las noticias que los redactores le pasan.
Y esto es así, como las lentejas. Y si la cosa está mal y en tu casa tenéis la manía de comer todos los días. Te tragas los sapos que haga falta, hasta que encuentres un medio más acorde con tu forma de ser, o te montes el tuyo propio. Pero ya sabes que ni así. Sabes que necesitarás entrada de dinero y sólo con suscriptores no podrás y entonces llega la publicidad a salvarte y a darte unos buenos ingresos si tu audiencia o tu tirada, disminuyen el precio por impacto. Pero las centrales de medios y las agencias, cuando no las propias empresas, te dirán que hay “determinadas” noticias que no les favorecen y estaremos en lo mismo: o miras para otro lado, o te retiran la publicidad. Por cierto ¿alguien ha oído, leído o visto, algún tipo de problemas de cualquier índole en Coca Cola España o en El Corte Inglés? Pues eso, que #RTVVnoestanca.


Leer más: http://www.lavanguardia.com/local/valencia/20131113/54393429114/lentejas-si-quieres-las-tomas-y-si-no-por-alo-montesinos.html#ixzz2koRmaJPB 

1 comentario:

  1. Dona gust llegir un article d'un periodista tan lúcid, i no com altres que de qualsevol tonteria fan un escrit insufrible per tal d'omplir espai al diari.

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