1 nov 2013

La peluquería

Tenía que cortarme el pelo, pero cuando iba a entrar, a punto de coger el picaporte, una rara sensación me recorrió la espalda como un escalofrío. Decidí tomar un café primero. No acababa de entender la reacción que solo experimentaba en la puerta del dentista, tal vez porque allí iba de forma frutal -de uvas a peras- y la peluquería de forma más o menos regular.

El café, con la aparición de un par de amigos, se prolongó hasta unas horas en las que solo estaban abiertas las funerarias. Café, aperitivo, almuerzo, sobremesa, copas varias, algo para picar y ya puestos, sigamos picando y ya hemos cenado. Esas cosas, a veces suelen pasar sobre todo si en casa no te espera ninguna máquina de reñir y al loro le dejaste bien surtido de agua y pipas. Total que no me corté el pelo. La mañana siguiente empezó fatal. La cabeza era como un tambor en la procesión de Las Turbas de Cuenca. Creo que sería porque el consomé tenía mucha grasa... Volví a plantearme que o me compraba una diadema o a la peluquería. Durante un instante pensé que con una diadema ancha igual me parecía al Arrebato, pero daría otro tipo de cante. Sí, era mejor la opción del peluquero.

Como vivo en un pueblo pequeño, decidí ir paseando, entre otras cosas porque no me apetecía ir en bicicleta. El asunto de vivir en una población pequeña, es que tardas mucho en llegar a todos los sitios; un buenos días por aquí, un  Yeee com va aixó? por allá, y así hasta que paras un instante a tomar café. Entonces te enteras que el presidente Rajoy dice que “ya no remamos sin horizonte. Ahora la tierra está a la vista”. Lo que quiere decir que antes, hemos estado remando como unos gilipollas sin timonel y sin tener ni pajolera idea de dónde íbamos. Solo faltaba que mientras decía lo de la tierra a la vista, Montoro se quitase las gafas y se tocase un ojo… Que un arquitecto dice que facturó a Aizoon la rehabilitación, la reforma y la ampliación del domicilio de los Duques de Palma en Pedralbes, que la Generalitat está soltando lastre con externalizaciones a tuti plén y ventas de patrimonio… Pero ¿el Patrimonio es de la Generalitat o de todos los valencianos y valencianas? Ese patrimonio ¿no se hizo y se reconstruyó lo heredado con nuestros impuestos? Cuando lo vendan ¿nos repartirán a los ciudadanos/as una parte que nos alivie de algunos males? No me respondan. Que va a ser que ya me sé la respuesta…

 Lo bien cierto es que un café en un bar, es como si te dieran un Recull de Premsa aunque el café, como con la cena y los informativos de las televisiones, te sepan un poco a hiel, que más que informativos parecen la edición corregida y aumentada de El Caso.Huyes del bar camino a tu peluquería y empieza otra vez el run run en la cabeza y las mariposas en el estómago. ¿Pero qué me pasa con la peluquería…?

Continúas tu camino, ya con paso más lento, y te das cuenta que el único que tiene que estar ganando una fortuna como Juan Roig, es el que vende los carteles de SE VENDE o SE ALQUILA, que también son de marca blanca. De repente, el paisaje se ha transformado como los muros en las campañas electorales en un bosque de carteles pero sin caras. Aunque te las imaginas al acercarte y ver los comercios con sus mostradores y anaqueles vacios y como el arpa de Bécquer, cubiertos de polvo por, entre otras cosas, los malditos recortes que se nos han comido por los pies. Y entonces caes. Eres consciente de tu desazón por entrar en la peluquería. Comprendes por qué hay algo que es más fuerte que tú que te frena y te agobia: no quiero más recortes y menos aún, pagando.

(Lo siento peluqueros, pero es que veo unas tijeras y me entran los sudores de la muerte. Pero como decía MacArthur: ¡Volveré!).


http://www.lavanguardia.com/local/valencia/20131030/54392910463/la-peluqueria-por-alo-montesinos.html#ixzz2jPZ02vrT 
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