Landa, con el flamenco, el toro y la bailaora de plástico a cuestas, con su/nuestro "en España pan y toros y algunos pan y jamón", con el omnipotente y omnipresente Real Madrid, con el "Salto de la Rana" de Manuel Benítez, con la paella con sangría y con el peso indeleble de Una Grande y Libre, por la "gracia" de dios, como todos los españolitos de a pie, era como Superman, pero en castizo.
Le envidiábamos y reíamos en él nuestros delirios y miserias. Nuestra cazurrez y nuestra cerrazón. Pero lo reíamos en él, como con las desgracias y los accidentes, que siempre les suceden a otros.
Hasta que aparece J. A. Bardem y hace "El puente", que siempre he comparado con "In the road", mítica novela del '57 de Jack Kerouac que fue casi una biblia para toda una generación. "El puente" fue un camino iniciático para los típicos tópicos personajes del "Landismo", término que recoge el Espasa como para muchos de sus espectadores, que descubrimos que en nuestro país existían otras realidades, a veces ignoradas conscientemente, ante la familia, el municipio y el sindicato y que no salían en el NoDo.
Luego vinieron otras: "Las verdes praderas", "Los santos inocentes", y los dos "El crac".
Alfredo Landa interpretó varias temporadas en TVE la serie "Lleno por favor", que se desarrollaba en una gasolinera de pueblo, donde el lleno por favor, ha pasado a la historia,creo.
Landa fue un trabajador todoterreno en todas las facetas de su oficio y, al menos para el que suscribe, fue un modelo cojonudo de vida. Y ya saben que la vida, solo sirve para vivir. ¡Hasta siempre maestro!
No hay comentarios:
Publicar un comentario